viernes, 24 de febrero de 2012

Qué difícil es hablar el español

Este vídeo lleva un par de días en Youtube y es tremendo. Los dos chicos tienen más razón que un santo. XD

jueves, 16 de febrero de 2012

Milonga del corrector

Este es el título con el que Mauro Cadove ha bautizado un artículo suyo publicado en Rinconete. Muchos lo leeríais en su día, al igual que yo. Hoy he vuelto a leerlo y no puedo dejar de pensar una vez más que me encanta.
Es un buen artículo porque los que conocemos el mundo del que está hablando, nos sentimos identificados y sabemos cuánta verdad encierran sus palabras. Al mismo tiempo, es una buena forma de dar a conocer el trabajo de corrector para los ajenos, tanto en lo relativo a su existencia como a la dificultad de su tarea.

El texto se publicó en dos partes; estos son los enlaces:

Milonga del corrector (1)
Milonga del corrector (y 2)

domingo, 12 de febrero de 2012

Micmacs (I)

Anoche vi una película que me sorprendió mucho: Micmacs, la última película de Jean-Pierre Jeunet.



La historia es divertida y no tienes muy claro adónde irá a parar todo; los personajes, como suele ser habitual en su obra, son originales; pero lo que más me llamó la atención fueron las formas de hablar, los juegos de palabras y algunos otros aspectos lingüísticos.
Debido a la compañía, la vi en castellano, sin embargo me he impuesto como tarea ineludible verla en versión original. Y es que según la estaba viendo no podía dejar de pensar en el proceso de traducción y doblaje. Tengo la impresión de que ha debido de haber un gran número de adaptaciones y, la verdad, sin haber visto la película en francés, el resultado es convincente.

El doblaje se ha realizado en los estudios Tadutec, pero no he podido averiguar mucho más. Si alguien tiene más datos, me encantaría conocerlos.
Y cuando haya visto Micmacs à tire-larigot ya comentaré mis impresiones. Mientras tanto, os deseo un feliz visionado ;)

sábado, 4 de febrero de 2012

De pronombres

Hay que ver cómo me cuesta actualizar el blog. Creo que paso tanto tiempo leyendo los de los demás que me fundo el tiempo y las ideas. Sin embargo, hoy la nieve ha decidido instalarse en las calles y eso ha dado pie a que me siente en mi sofá con una manta, una infusión y el portátil calentito encima de las piernas.

La presente entrada es la respuesta a una consulta que hice a través del servicio de la RAE.
Normalmente no tengo problemas con el uso de los pronombres, pero de vez en cuando surge alguna pequeña duda. La del otro día fue si era correcto decir se LA oye gritar o había que decir se LE oye gritar.
Está claro que si hablamos de que a nuestra vecina la oímos a través de las paredes de papel, la forma correcta es se la oye, pero la duda me asaltó al añadirle gritar. Empecé a preguntarme si gritar podía cumplir la misma función de complemento que, por ejemplo, la mano en la frase se LE ve la mano.


Esta es la respuesta de la RAE:


Es habitual que en las oraciones impersonales con se el complemento directo, especialmente cuando es masculino, se exprese con las formas de dativo y no con las de acusativo, como correspondería a la función desempeñada: Se le considera el mejor actor de su tiempo; Se les vio merodeando por la zonaParece demostrado que este tipo de oraciones se construían originariamente en castellano con pronombres de dativo. El uso de le(s) se ha mantenido mayoritariamente, tanto en España como en gran parte de América, cuando el complemento directo es masculino: «A su bisabuelo hoy no le hubieran permitido vivir como vivió: se le consideraría como un ejemplo de inmoralidad» (TBallester Filomeno [Esp. 1988]); «Se le vio [al niño] algunas veces contento» (VLlosa Tía [Perú 1977]); «Se le obligó a aceptar el régimen de encomienda» (FuentesCeremonias [Méx. 1989]); «En los puertos y rincones del Caribe se le conoció siempre como Wito» (Mutis Ilona [Col. 1988]); «Al rey se le veía poco» (UPietri Visita [Ven. 1990]); sin embargo, cuando el complemento directo es femenino, lo normal es usar la(s): «Se la veía muy contenta» (VLlosa Tía [Perú 1977]); aunque no faltan ejemplos de le(s): «Tan enamorada se le observaba, tan desencajadamente arrebolada se le veía» (Vergés Cenizas [R. Dom. 1980]). Se trata, pues, de un caso especial en el que se emplean desde los orígenes las formas de dativo en función de complemento directo. No obstante, muchos hablantes, conscientes de que la función que cumple el pronombre en ese tipo de oraciones es la de complemento directo, emplean en estos casos los pronombres de acusativo, uso generalizado en los países del Cono Sur: «Selo veía zigzaguear entre los autos» (Cortázar Reunión [Arg. 1983]); «¡No se lo puede andar molestando por trivialidades!»(Magnabosco Santito [Ur. 1990]); «Nunca se lo vio ladrar ni gruñir» (Allende Casa [Chile 1982]).

Por tanto, en el caso concreto que usted somete a nuestra consideración, lo normal es emplear el femenino la:

Se la oye hablar.